viernes, 4 de mayo de 2012

La Edad Media: periodizaciones y valoraciones posibles


La taxonomía subdivide la historia en una periodización, en clave de lectura que pone de relieve los presupuestos implícitos del historiador o de su época.
Estos períodos nacen progresivamente: así la Edad Media afirma su autonomía histórica superando un origen que remite al prejuicio y la desvalorización. La periodización tripartita se impone, hasta que en el siglo XIX, se establece la división cuatripartita. 

Valoración Positiva: le dieron los hombres "medievales" a su propio tiempo, fue consecuencia de la concepción temporal cristiana. "Antiguo", eran los momentos previos a la venida de Cristo; un periodo "medio"...el Juicio Final daba paso a la última etapa, identificada con el fin de los tiempos. 
Por su parte, en el siglo XIX, filósofos, historiadores y hombres de las artes y las letras idealizaron la Edad Media. Eran los tiempos del romanticismo, tiempos en que se dejaron de lado las concepciones propias de la ilustración y se encontraron en lo medieval elementos positivos.

Las historias nacionales buscaron en la Edad Media sus raíces. Uno de los ejemplos más acabados de está identificación entre la "Nación" y los tiempos medievales lo constituye el mito francés de Juana de Arco... 

Estos avances, sumados a los cuestionamientos que ha recibido la periodización tradicional, han permitido a los historiadores de hoy considerar la Edad Media como un fantasma vivo, una fabricación, una construcción, una invención, un mito; un ensamble de representaciones y de imágenes superpuestas y difusas. Se impone un diálogo crítico entre los avances de la ciencia histórica y el concepto de Edad Media. En cuanto a contenido se refiere, es necesario desmitificarla.

La revisión de la periodización: La Edad Media no existe. Este período de mil años, que se extiende de la conquista de la Galia por Clodoveo al fin de la Guerra de los Cien Años, es una fabricación, una construcción, un mito, se podría decir, un ensamble de representaciones y de imágenes en perpetuo movimiento, largamente difundidas en la sociedad, de generación en generación.

El abordaje de la Edad Media es arduo y difícil, por razones de índole conceptual, dado que con la denominación "Edad Media" hacemos referencia a tres aspectos diferentes - aunque relacionados entre sí -, a saber. un período cronológico; un proceso histórico universal, de larga duración; y un tipo de sociedad determinada.

Como periodo cronológico, la Edad Media resulta tan arbitraria como todos los demás, dado que toda periodización histórica es el resultado de una conversión. Los tiempos medievales abarcan aproximadamente mil años, que se extienden desde la crisis del Imperio Romano hasta los cambios generados por el Humanismo y el Renacimiento.

Jacques Le Goff, quien evoca una "larga Edad Media" que concluye en el siglo XVIII, con los primeros albores de la revolución Industrial; Guy Bois, quien prolonga hasta el siglo X en una Antigüedad definida por el modo de producción esclavista; o bien Henri Marrou y Peter Brown, quienes defienden la entidad de un nuevo periodo denominado Antigüedad tardía.

La aparición del concepto de la "Edad Media", considerado literalmente como "época intermedia", es la consecuencia de un doble fenómeno, cultura y religioso, identificado con los humanistas italianos del siglo XIV. (Flavio Biondo - una época de profunda transformaciones culturales-)

"Tiempos Nuevos", que permitían recuperar unos "tiempos antiguos" idealizados. 
Hacia 1639 la denominación de Edad Media fue utilizada por primera vez con sentido histórico por el liejense Rausin, en su obra Leodium.

En ellas expuso los fundamentos de una división tripartita de la historia y, a la vez, una caracterización negativa de los tiempos medievales.
En el siglo XVIII, Voltaire tomó esta división tripartida de la evolución de la lengua latina y la aplicó a la historia, en su conocido ensayo de las costumbres. La Edad Media ofrecía héroes míticos y hazañas valerosas. 
En el siglo XX las imágenes, interpretaciones y usos de la Edad Media se multiplicaron, generando discrepancias y largos debates historiográficos. El primero en plantear un cambio radical en la periodización inicial del mundo medieval fue Henri Pirenne, quién publicó en - en 1922 en la Revue Belge de Philologie et d´Histoire - el avance de su innovadora tesis, que se difundirá póstumamente , con la edición en 1937 de su libro Mahoma y Carlomagno. En ellas sostuvo que los comienzos debían fijarse en el siglo VIII, con las transformaciones operadas en el Mediterráneo tras la dominación de los musulmanes.
En conclusión, la historiografía actual se muestra fragmentadas en sus visiones referidas a los inicios de los tiempos medievales. 

Algo similar ocurre con el fin de la Edad Media y los inicios de la Modernidad. La historiografia tradicional fijó el final del periodo en 1453, año de la caída de Constantinopla.

C. Keller, tiene la particularidad de ser significativo para tres grandes núcleos geohistóricos: el Occidente cristiano, el Imperio Bizantino y el Islam. Menor fortuna recibieron otras fechas seleccionadas, tales como 1492 - descubrimiento de América - o 1517 - inicios del movimiento luterano.


  • XIV y XVI. Siglos denominados "bifrontes" por Esteban Sarasa Sánchez, que permiten el surgimiento de los rasgos y elementos escenciales de la modernidad.
  • En lo referido a la periodización interna nos encontramos con varias posibilidades, estrechamente relacionadas con vertientes historiograficas nacionales. Así, una primera división bipartita de la Edad Media en Alta (entre el 400 y el 1200) y baja (entre el 1200 y el 1450), el siglo XX vio como los historiadores anglosajones reconocieron una etapa de cenit entre ambas, a la que denominaron Plena Edad Media (entre el 1000 y el 1300). Se considera operativa la periodización propuesta y desarrollada por Nilda Gugliemi, quien habla de "los tiempos de cambio (siglo V al X)", "los tiempos de renovación (siglos XI-XIII)" y "los tiempos difíciles (siglos XIV-XV).                               

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